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La Constitución Española y la Empresa Familiar

constitucion española

El 6 de diciembre de 2018, se cumplen 40 años del referéndum por el que el pueblo español aprobó su actual constitución. Siempre he creído que el proceso constituyente del 78 y la transición española a la democracia era un hecho histórico plagado de enseñanzas para las familias empresarias de cualquier parte del mundo. El debate que hoy se ha instalado en la sociedad española sobre la reforma de esa constitución creo que añade más enseñanzas.

Veamos algunos de esos aprendizajes que, siendo niño, me dejó ese proceso.

  • El Miedo y la Ilusión.

La constitución del 78 es hija de dos emociones: el miedo y la ilusión.

El miedo a que la guerra civil española se volviera a reproducir. Hoy es muy difícil conectarse con ese miedo, con esa emoción. Pero quienes vivimos esa época lo sentíamos, casi lo palpábamos, en los recuerdos, las miradas y los gestos de nuestros padres y abuelos. El miedo al dolor, a la injusticia y a la muerte hizo que la mayoría de la sociedad española llegara a un primer acuerdo que nunca se escribió en ningún papel pero que fue el más fuerte de todos los acuerdos: “hay que llegar a un acuerdo cueste lo que cueste para no matarnos entre nosotros”.

El miedo es necesario para producir cambios importantes. En las sociedades y en las familias. Las familias empresarias no acometen cambios trascendentales si no sienten una cierta dosis de miedo. Miedo al abismo después de la muerte de un líder fuerte, miedo a la ruptura de la familia, miedo al enfrentamiento entre ramas o personas de la familia. Algo muy parecido a lo que pasa en un país.

Pero el miedo es sólo una parte de la ecuación. La otra mitad es la ilusión. El miedo sin ilusión paraliza. El miedo con ilusión moviliza. Recuerdo esa época como un tiempo de ilusión. Ilusión de los exiliados por volver a España. Ilusión de los pensadores por la libertad de opinión. Ilusión de los empresarios por salir al mundo. Ilusión de la gente por poder participar en la construcción del futuro.

Otra gran lección para las familias empresarias. Si los miembros de la familia no tienen ilusión por el futuro común, la familia no tiene mucho futuro.

  • Legado Común.

Nuestros padres, abuelos, tíos y hermanos mayores nos quisieron dejar un legado nuevo. Conscientes de lo que heredaron decidieron dejarnos dos cosas fundamentales: democracia y paz.

Las emociones construyeron los conceptos.

El miedo a la guerra hizo que la paz fuera un objetivo común. Una línea roja para cualquiera que participara en el proceso.

La ilusión por el futuro hizo que la democracia fuera el otro gran objetivo común.

De una u otra manera, para que un cambio trascendental suceda debe haberse contestado la pregunta casi mágica del “para qué”. En los años 70 en España ese para qué era para vivir en paz y en democracia.

En las familias empresarias pasa igual. Siempre insisto en que, en las sucesiones, lo más importante no es quien sucede a quien sino para qué se sucede al anterior. La gran enseñanza de la transición española es que el proceso de construcción de un nuevo legado puede partir de tan sólo dos objetivos comunes. Objetivos muy concretos y etéreos a la vez. Difícilmente definibles en palabras pero muy fácilmente comprobables en la realidad: la paz y la democracia.

  • La Aceptación y la Renuncia.

Otro gran aprendizaje es que el proceso es igual de importante que los objetivos. El proceso de construcción de la Constitución fue una combinación de aceptación y renuncia. Aceptación dela existencia del otro y de que sus postulados merecían, como mínimo, un análisis y un debate. Y renuncia a los propios postulados entendidos como única solución posible. Eso hizo posible el “consenso”. Una palabra talismán que se nos tatuó en la piel a todos los que vivimos esa época.

El consenso significaba que para llegar a un acuerdo todos debían ceder algo. Y algo trascendental para cada uno. Y así fue. Ejemplos de cesiones fundamentales por las dos Españas fueron la propia concepción del Estado. La Derecha renunció a su visión de la unidad de España y aceptó una fórmula cuasi federal: la organización territorial en comunidades autónomas. La Izquierda renunció a la república como forma del Estado y aceptó la monarquía.

Pero, por supuesto, los grandes objetivos comunes (paz y democracia) servían para marcar los límites de lo que sí se podía aceptar y de lo que no.

La transición española, al igual que otros procesos de paz tras guerras civiles, le deben demostrar a las familias empresarias que las opiniones nunca son tan opuestas como para que las discrepancias sean insalvables. Insisto… siempre que se comparta la ilusión por la construcción de un legado conjunto y haya grandes objetivos comunes.

  • Legitimidad y Sostenibilidad.

El proceso constituyente español inició años antes cuando unos pocos, dentro del régimen franquista, empezaron a diseñar “el día después” a la muerte de Franco. De ahí surgió la insólita Ley para la Reforma Política aprobada el 18 de noviembre de 1976 por las cortes del anterior régimen. Digo insólita porque el 81% de los procuradores en cortes (especie de diputados franquistas) votaron por hacerse el “harakiri” político. Es decir, ajustándose al marco legal franquista, los propios franquistas desmontaba el franquismo y daban paso a la convocatoria de elecciones democráticas.

Pero no acabó ahí el empeño por poner bases sólidas para la legitimidad de lo que vendría después. A la legitimidad de la legalidad vigente (franquista) se quiso sumar la legitimidad democrática y, por eso, la Ley para la Reforma Política se sometió a referéndum el 15 de diciembre de 1976. Trece meses después de la muerte de Franco, el pueblo español votó por la paz y por la democracia. Y no fue cualquier votación. Participó el 77% del censo y los votos a favor fueron el 94,17%.

Creo que aquí hay otro aprendizaje crucial. Cualquier cambio trascendental en un grupo humano debe hacerse con legitimidad si se quiere que sea sostenible. Si se apoyan en la legitimidad vigente, la sostenibilidad se hace más fácil. No hay vencedores ni vencidos. Los cambios mediante revoluciones requieren de la construcción de un andamiaje para apuntalar la legitimidad revolucionaria y, por supuesto, hay vencedores y “contrarrevolucionarios”. A larga, los cambios se caen o sólo se sostienen por la imposición de la violencia. En las familias empresarias, también.

  • Liderazgos Valientes.

Los cambios que suponen una transformación del status quo requieren de liderazgos valientes. Líderes, en plural, que defiendan las distintas posiciones pero, sobre todo, con la valentía suficiente para decirle a su propia gente lo que no quieren oír o entender. Para defender no tanto lo que hay que conseguir como a lo que se tiene que renunciar para conseguir el fin común.

La transición española está plagada de estos líderes. Líderes que lideraron a los suyos, no contra los otros. Hubo líderes de todas las renuncias: de los franquistas, del Ejército, de los comunistas, de los socialistas, de los conservadores, de los vascos y catalanes, de los gallegos y andaluces, de los canarios y castellanos. También de los empresarios y de los sindicatos. Muchos que se arriesgaron a decirles a los suyos: “tenemos que ceder en esto para que haya paz y democracia”.

Hubo otros líderes que decidieron que sus causas eran tan sacro santas que no admitían ninguna renuncia. Fueron los líderes que estuvieron dispuestos a sacrificar la paz y la democracia e imponer sus ideas por la violencia. Las familias de los cientos de víctimas lideraron la renuncia a la venganza.

Hoy, el debate sobre la reforma de la Constitución, se me hace incompleto.

Nos falta miedo. Damos por hecho que, pidamos lo que pidamos, no corremos riesgo; así que no hay porque renunciar a nada de lo que pedimos.

Nos falta ilusión. No tenemos ganas de construir nada con el contrario. Pareciera que sólo queremos que el contrario desaparezca.

Nos falta respeto por la legitimidad. Queremos lo que queremos ya. Sin trámites. Sin discusión. Sólo que nuestra última publicación en Facebook haga que los otros se rindan, o se vayan, o cambien, o desaparezcan de nuestra vida.

Nos faltan líderes valientes. De los que nos digan lo que no queremos oír o entender. De los que nos hablen de lo que nos toca ceder.

¿Y en su familia empresaria? ¿Alguien quiere hacer un cambio profundo?. ¿Hay algo de miedo e ilusión sobre ese cambio? Ojalá si.

cuatro mujeres y una ciudad

Cuatro Mujeres y Una Ciudad

A mediados de septiembre y recién cumplidos los 53 me fui a una ciudad que me gusta mucho: Bogotá. Cada año me voy una semana a recibir un seminario de algo que me interese. Algo que me estimule intelectualmente y que se imparta en una ciudad con buenos restaurantes. Este último requisito es más inconsciente que consciente pero, en el fondo, es más determinante de lo que suelo admitir.

Bogotá tiene un clima estupendo y es una ciudad “paseable” con un aire cosmopolita que me encanta. Suena un poco snob pero es así.

Este viaje tuvo, además, bastantes cosas especiales. Fue el primer viaje de placer desde mi último cambio de domicilio forzoso. El viaje a Bogotá supuso la constatación del inicio de otro nuevo ciclo en mi vida.

Pero lo realmente especial del viaje fueron las cuatro mujeres sorprendentes que llenaron mi agenda.

María Andrea Hernández es la Directora del Centro di Terapia Strategica de Colombia adscrito al instituto del mismo nombre de Arezzo (Italia) fundado por el Prof. Giorgio Nardone, uno de los psicoterapeutas más influyentes hoy en día. Mi motivo principal para ir a Bogotá era recibir de María Andrea dos de sus seminarios: uno sobre Problem Solving y otro sobre Modelos de Familia. Ambos desde la perspectiva de la corriente de la Terapia Breve Estratégica que, por su pragmatismo, me interesa especialmente.

El caso es que en María Andrea no sólo encontré a una profesora erudita sino a una persona encantada de compartir conocimientos y que, además, pertenece a una familia empresaria, algo que ninguno de los dos tenía presente cuando comenzamos a coordinar mi asistencia a sus seminarios. La cercanía y generosidad de María Andrea me conmovió y fuimos construyendo un diálogo rico y estimulante para ambos.

 

Mi segundo hallazgo fue Julia Elvira Ulloa. Mi buen amigo Sigfredo Valle me la había presentado virtualmente hacía tiempo diciéndome de ella: “su nombre es Julia, con S de Señora”. Todos mis amigos ex Unilever la conocían y admiraban y me hablaban maravillas de ella. Así que, por fin, la conocí en persona. Ella me llevó a la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (ASOCOLFLORES) donde tuvimos un desayuno con diez familias empresarias del sector a las que les hablé del mesosistema familiar-empresarial y sus retos. Interesantísima experiencia con un sector pujante y responsable de la economía colombiana que agrupa a familias comprometidas con la excelencia y la sostenibilidad.

Julia Elvira es, efectivamente, una Señora con mayúsculas. Especialista en comunicación, sostenibilidad y gobierno corporativo. De inteligencia rápida, elegancia cercana y actitud generosa. Alguien con quien uno quiere, de inmediato, ponerse a trabajar porque su presencia estimula lo mejor de uno mismo.

 

La tercera mujer de esta historia no es colombiana. Es salvadoreña. Es Florence Frech, una joven empresaria que está impulsando en Colombia una nueva empresa llamada Puntos Leal (mucho más que una app y una tarjeta de fidelidad de clientes). Florence es todo lo contrario al manido e injusto tópico que le han encasquetado a los millennials. Ella es una de las personas con mayor potencial que he conocido en mis más de 25 años de experiencia profesional. Emprendedora, analítica, inspiradora, sagaz y generosa.

Conozco a Florence desde hace tiempo pero no la había visto en su ciudad de trabajo. Me alegró verla tan clara como siempre. Y sentí una especie de orgullo centroamericano al ver a una mujer de El Salvador abriendo camino en Colombia. Todo un ejemplo.

 

La cuarta mujer de esta historia es la mía. Leyla, mi esposa.

Le pregunté a Leyla si quería acompañarme a Bogotá y si le apetecía tomar los seminarios de terapia breve estratégica junto a mi. No me sorprendió que se apuntara al viaje a Bogotá pero sí que aceptara venir a los seminarios de María Andrea. Me sorprendió y me asustó un poquito… Sería la primera vez que nos encontrábamos los dos en un entorno profesional y con roles distintos a los habituales: marido despistado y esposa eficiente.

Pero también me alegró porque Leyla es una coach y consejera natural. Toda mi vida he visto como las mujeres que conocíamos hacían una conexión especial con ella y le pedían consejo. Y las veces que estábamos con ejecutivos amigos que me pedían consejo a mi, resultaba que lo que más les hacía cambiar eran los comentarios de Leyla… y no los míos!!

Fue un placer compartir pupitre con mi esposa. Y aprendí de ella tanto como de nuestra común profesora María Andrea.

Trato de terminar todos mis artículos para mi blog con una conclusión útil para las familias empresarias. Pero en este caso, no va a ser así. En esta ocasión la conclusión va a ser para mi: Las mujeres inteligentes tienen un talento, fuerza y generosidad especiales para afrontar con optimismo los cambios más duros de la vida. Compartir con ellas es un lujo que me quiero dar todos los días.

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Webinar-Presentación del libro «Empresa Familiar:La Alquimia Del Legado»

webinar-miguel-de-merEste 10 de Mayo, estaré presentando mi libro «Empresa Familiar:La Alquimia Del Legado» en la plataforma virtual de la Escuela Europea de Coaching, para compartir junto a la comunidad de alumni de dicha organización, y además con todos quienes quieran unirse a esta transmisión, donde hablaré de cómo diseccionar esa complejidad característica de la empresa familiar, para poder influir en ella y de las herramientas con las que hacerlo:
  1. 1. Marco conceptual y herramientas:
    • Un Mesosistema Familiar-Empresarial.
    • Dos caras de la misma moneda: Empresa Familiar y Familia Empresaria.
    • Los Tres Diálogos: Familia, Empresa e Inversiones.
    • Los Cuatro Círculos: Familia, Accionariado, Gobernanza y Empresa.
    • Los Cinco Retos de las Familias Empresarias.
  2. 2. El Equipo de Familiares: cómo transformar sin dividir.
  3. 3. Casos prácticos reales que aporta el ponente y aportaciones de los participantes para ser comentados en público.
Les invito a acompañarme en esta presentación virtual, que nos permite estar conectados desde cualquier parte del mundo. Les dejo por aqui el link con toda la información de los horarios desde cada país y de la INSCRIPCIÓN al evento gratuito: http://bit.ly/PresentacionLibroEEC ¡Nos vemos el 10! ACTUALIZACIÓN: Aquí puedes ver el video de lo que fue la presentación: Vídeos
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Empresa Familiar: La Alquimia del Legado

empresa-familiar-libro-guia-miguel-merodio La semana pasada, ha sido publicado mi primer libro «Empresa Familiar: La Alquimia del Legado», el cual escribí queriendo que este se convierta en una guía práctica para producir cambios en la empresa familiar y en la familia empresaria. Para ello aporta, espero, marcos conceptuales claros y sencillos para diseñar y ejecutar procesos de cambio. Está dirigido a líderes de familias empresarias, a consultores de empresa familiar y a los profesionales que interactúan con este «mesosistema» complejo y apasionante. El libro recorre los seis retos de las familias empresarias y presenta ejemplos reales para comprenderlos y pasos concretos a dar para afrontarlos. También ofrece ejercicios prácticos que el lector podrá hacer a medida que lee el libro para aplicar lo leído a su caso particular.

¿Qué esperar después de leer este libro?

A medida que vaya avanzando en la lectura y en los ejercicios, el lector:
  • Comprenderá porque es crítico contar con un verdadero equipo de familiares que diseñe y pilote la hoja de ruta del cambio.
  • Sabrá cómo llegar a un consenso sobre el legado a construir juntos.
  • Conocerá las normas y órganos de gobierno necesarios para tomar decisiones conscientes y sostenibles.
  • Aprenderá a abordar las sucesiones y a identificar qué tipo de liderazgo necesita su familia.
  • Comprenderá por qué la profesionalización es crucial para el crecimiento de la empresa familiar.
  • Y, finalmente, comprenderá cómo funciona una familia y qué hacer para mantenerla unida y próspera.
Espero que les guste, lo disfruten pero principalmente, que les sea útil. El libro lo pueden adquirir en formato digital los siguientes links:
  • La Casa del libro: http://bit.ly/LinkLaCasaDelLibro,
  • Amazon México: http://bit.ly/LinkAmazonMexico,
  • Gandhi México: http://bit.ly/LinkGandhiMexico
Y en físico se puede comprar aquí:  
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Los Números de la Empresa Familiar

Dice el mito a que a los abogados no nos gustan los números. No es cierto. Sí nos gustan, pero ordenaditos. De uno en uno, como en fila india. La prueba es que nos encanta nombrar los artículos de las leyes: “Artículo 34, párrafo 3, de la Sección 1ª, del Título III de la Ley 76/2003”.

Lo que no nos gustan son las matemáticas. Diferenciales, integrales, ecuaciones… donde se mezclan letras, números, signos y símbolos. Eso no nos gusta. Nos suena a orgía numérico-festiva a la que, como siempre, no estamos invitados los abogados.

Yo soy como el resto de mis colegas. Me gustan los números en fila india. Por eso voy a resumir todo lo que sé sobre la empresa familiar en 9 números. Como si fuera la canción “Conteo Regresivo” del salsero Gilberto Santa Rosa, pero pa´lante no pa´tras (o sea, comenzando por el uno).

  1. Un Mesosistema. La empresa familiar es, en realidad, un sistema de sistemas. Una especie de galaxia compuesta por sistemas solares que interactúan unos con otros. Con planetas, satélites, cometas y asteroides. La Familia, la Empresa, los Órganos de Gobierno, los Accionistas. Las Ramas Familiares y las Generaciones Familiares. El Legado, la Gobernanza, la Sucesión, la Profesionalización y la Cohesión.
  2. Dos caras de la misma moneda. La empresa familiar y la familia empresaria. Los dividendos y las metas. Los afectos y el ADN.
  3. Tres grandes diálogos. Cómo está viviendo la Familia. Cómo están funcionando las compañías. Cómo están rindiendo las inversiones.
  4. Cuatro círculos a los que las personas pueden pertenecer y lo hacen todo más complejo: Familiares – Ejecutivos – Accionistas – Miembros de la Gobernanza. Familiares que son empleados y accionistas. Ejecutivos que son accionistas y familiares. Directores de Junta Directiva que son familiares y ejecutivos. Etcétera.
  5. Cinco retos esenciales de toda familia empresaria. Diseñar el legado futuro que la familia quiere construir en conjunto. Establecer las normas y órganos de la gobernanza. Gestionar las sucesiones en los liderazgos familiares y corporativos. Profesionalizar las compañías para alcanzar el crecimiento imprescindible. Construir la cohesión familiar y la realización individual.
  6. Cinco más uno. Los cinco retos esenciales más un reto de método: conformar un equipo de familiares que sean capaces de darle orden y futuro al mesosistema.
  7. Siete claves para gestionar la sucesión:
  • La sucesión siempre es de liderazgos en plural; el poder se puede y se debe compartir.
  • El “para qué suceder” es mucho más importante que el “quién sucede a quien”.
  • Debe haber un procedimiento formal y transparente de sucesión antes de necesitarlo.
  • Hay que gestionar cada sucesión como un proceso de cambio.
  • Delegar la búsqueda y la preselección en un experto imparcial facilita el proceso.
  • Invertir en la capacitación continua de los familiares es la mejor estrategia para tener buenos sucesores.
  • Si no quiere dejar el puesto, dígalo claro y alto.
  1. Ocho funciones debe cumplir toda familia empresaria.
  • Dar una identidad colectiva a sus miembros.
  • Definir el propósito común de la familia.
  • Garantizar un cierto grado de solidaridad mutua.
  • Establecer el grado de intimidad que sus miembros quieran.
  • Dar relevancia a todos sus miembros.
  • Respetar la independencia individual.
  • Establecer un sistema de comunicación asertiva y transparente.
  • Permitir el cambio para que la familia pueda adaptarse al entorno.
  1. Cinco más cuatro. Cinco retos más cuatro círculos.

¡Ya está! Sólo falta ponerle música. Bueno, música y un final…

Si. Un final. Porque estas líneas son algo más que el desagravio numérico de un abogado. Pretenden algo más…

Lo que trato de hacer aquí es quitarle a la gente el miedo a la complejidad de la empresa familiar. Todos los que tenemos algo que ver con las familias empresarias, ya sea desde dentro de ellas o desde sus aledaños (coaches, consultores, asesores, ejecutivos, etc.) somos conscientes de la complejidad del tema. Y esa complejidad echa “pa´tras”. Los miembros de las familias empresarias, aún conscientes de que algo no marcha bien, dudan en como abordar los problemas. Los ejecutivos a los que las empresas familiares les ofrecen un puesto dudan en aceptarlo. Los coaches que son requeridos para ayudar dudan si comprenderán bien esa maraña de relaciones.

Creo que algo que les puede ayudar a todos es poner orden en esa complejidad. Resumirla en 9 números. Eso no hará más fácil abordar los problemas de una empresa familiar pero sí hace más sencillo comprender lo que está pasando y, espero, perderle el miedo a esa complejidad y empezar a disfrutar de ella. Ojalá el 2018 sea el año en que eso suceda.

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Estudio: Los Millennials en la Empresa Familiar

A finales de 2016 me empezó a rondar por la cabeza la idea de escribir sobre los millennials. Llevaba tiempo recibiendo divertidos memes sobre ellos y oyendo a gente de mi edad hacer despiadados comentarios sobre su ética laboral. El mensaje central que me transmitían es que eran resultado de una especie de mutación que había dado como resultado un tipo completamente nuevo de trabajador al que había que tratar de forma especial para evitar el irrefrenable deseo de despedirle inmediatamente. Jóvenes hipersensibles que ante la menor crítica ponían su carta de renuncia. Niños malcriados que por hacer simplemente su trabajo esperaban una lluvia de elogios, ascensos y subidas de sueldo. Holgazanes para los cuales existía una “misteriosa dead zone entre las 4 de la mañana y la entrada al trabajo 40 minutos tarde con un café helado”. Algo no me cuadraba. Me costaba creer que existieran unos rasgos comunes a cientos de miles de jóvenes en el mundo sólo porque su fecha de nacimiento coincidía más o menos. ¿Jóvenes de distintas clases sociales, religiones, tradiciones culturales o ideologías bajo la misma etiqueta? Además, el sarcasmo de Internet siempre se refería a jóvenes estadounidenses urbanos, blancos y de clase media. No a los millennials que yo conocía: jóvenes pertenecientes a familias empresarias latinoamericanas. Así pues, a inicios del nuevo año, en el Foro de la Empresa Familiar decidimos hacer una investigación rigurosa sobre un colectivo homogéneo y significativo: los millennials que pertenecen a familias empresarias relevantes en Centroamérica.
  • Jóvenes que en 10 o 15 años ocuparán posiciones claves en empresas familiares.
  • Miembros de tradiciones familiares, en algunos casos centenarias, en mercados pequeños, fragmentados y difíciles como son los centroamericanos.
  • Pertenecientes al CA-4, a una comunidad de identidades nacionales diversas pero íntimamente conectadas (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua).
Al recopilar bibliografía preliminar para nuestra investigación comprendimos rápidamente que la metodología tenía que ser una encuesta de opinión. Y opinión escuchada en entrevistas personales cara a cara. Queríamos oír a los millennials “en sus propios términos”. No a través de data estadística o sesudos académicos treinta años mayores que ellos. Lo conseguimos gracias a la generosa colaboración de varios jóvenes profesionales pertenecientes a 20 familias empresarias relevantes en la Región. Gracias a todos y todas especialmente al Foro de la Empresa Familiar y a la Esen por su valiosa colaboración. El informe completo lo pueden leer y descargar aquí 👇y siéntanse libres de compartirlo con alguien a quien crean que le será valioso: Los millennials de la empresa familiar Mockup-de-Los-millennials-de-la-empresa-familiar
Game of Thrones

Game of Thrones y la Empresa Familiar

Game of Thrones El verdadero propósito de estas líneas es demostrarle a mi mujer que veo GoT sólo por estrictas razones profesionales. Como estudioso de la Empresa Familiar no me lo puedo perder. A sabiendas de que no lo voy a conseguir por mucho que me empeñe, igual voy a tratar. A ver si de casualidad cuela. Nadie me podrá negar que GoT va de familias: los Stark, los Lannister, los Targaryen, los Baratheon, etc. Pero además, esas familias son ejemplo viviente (bueno, viviente no exactamente… pero se me entiende) de las 8 características que tienen todas las culturas familiares:
  • Identidad de la Familia. Esa la tengo ganada. Todas las familias de la serie tienen una identidad bien definida representada por sus símbolos, lemas y valores. Los Lannister son igualitos a una corporación familiar. Su escudo, el león, es un logotipo clarísimo. Y su lema: “un Lannister siempre paga sus deudas” ya lo quisiera como slogan más de una compañía de seguros o una casa de inversión. Y qué decir de los valores del fundador. La familia tiene que mantener el poder pase lo que pase. Vamos bien. La primera función de la cultura familiar, dar identidad, está clara.
  • Propósito de la Familia. Esta también está clara, ¿no? Los Targaryen, por ejemplo, están loquitos por volver a ser importantes y demostrar que la afición del padre por quemar gente es cosa del pasado. Ahora tienen una líder joven y muy emprendedora. En poco tiempo ha montado un negocio por todo lo alto. Sí, sobretodo el de los dragones. No está claro si es de transporte aéreo o de eliminación de plagas con fuego pero tiene muy buena pinta. Además, también está el negocio de los tipos a caballo con las hoces. Esos lo mismo te cortan el césped del jardín que te degüellan al vecino. Y luego tiene una compañía de limpieza a domicilio con un nombre muy apropiado para eso: los “Inmaculados S. A.”. En fin, un portento de muchacha que deja claro lo importante del propósito de su familia. Segunda función cultural, demostrada.
  • Relevancia de los Miembros. En algunas familias todos importan y, en otras, no. Los Lannister, por ejemplo, algunos miembros no pintan nada aunque estén al frente del equipo ejecutivo de la compañía, perdón, del reino he querido decir. El que manda es el abuelo. En los Baratheon todos han tenido su importancia. El lío les vino con la sucesión del hermano mayor pero todos participaron en el lío aunque no les fue muy bien. Por su lado, en los Stark cuenta la opinión de todos los hermanos (aunque sea porque caen como moscas y lo que piense al último mono siempre es importante porque uno no sabe si va a acabar siendo el líder…).
  • Solidaridad para los Miembros. Hay familias que la solidaridad la promueven sólo entre la familia cercana. Y, otras, la exigen hasta para con el último gato… por muy lejos que esté. Los Lannister son más de solidaridad entre los más cercanos. Los Stark la esperan más.
  • Intimidad entre sus Miembros. Los Lannister, de nuevo, se llevan la palma en esta característica. Es cierto que Tywin Lannister, el líder familiar, no habla con los hijos y nietos de nada que no sea su negocio: el poder. Pero la escena entre los dos hermanos (el alto y guapo y el bajito y feo) cuando uno está en la prisión y el otro le visita demuestra gran intimidad. Ahí hablan de ellos mismos. De nada que no tenga que ver con su verdadera relación de hermanos.
  • Independencia de los Miembros. Esta característica se refiere a qué tan dependientes o independientes son los miembros de la familia. La rubia de los Targaryen es tremenda en esto de la independencia. Ella solita va y viene y monta negocios y alianzas sin que nadie de la familia se meta. Claro que, como es la única que queda, pues tampoco es muy difícil. Pero los Stark tampoco están mal en esto de que cada uno siga su propio destino sin que la familia se meta a decirles lo que tienen que hacer. Uno se va al Muro, el otro se va detrás del Muro. Una se dedica a tener más caras que un político en elecciones. Ah!! Y nadie les dice con quien se tienen que casar. Aunque en esto de las bodas no sean muy buenos…
  • Asertividad en los Conflictos. Otro ejemplo clarísimo de característica cultural de las familias. En esto los Lannister como que no están finos. Son más de abordar el conflicto desde la agresividad (violencia, veneno, soborno, amenazas, o similares). Los Baratheon, pues tampoco son mucho de decirse las cosas sin dañarse. Son más bien de dañarse sin decirse ni jota. En fin, que la mayoría de las familias de la serie son de una cultura bastante agresiva en esto de abordar los conflictos. Pero que los abordan, los abordan. De eso no tengo duda. Así que la característica cultural está ahí. Así que también cuenta.
  • Flexibilidad para la Adaptación. Esta característica cultural se refiere a que hay culturas familiares que admiten mejor que otras el cambio de roles. Eso es importante para adaptarse a los cambios del entorno. En esto, los Lannister también son muy buenos. El hermano pequeño, el pequeño pequeño, ha sido Maestro de la Moneda, Mano del Rey, Copero del Rey, Cautivo del Rey, Enemigo del Rey… vaya que sin problemas ocupa el rol que le dan.
Está claro. Las 8 características de la cultura de una familia están más que probadas. Está claro que hago bien viendo la serie. Estoy convencido. No estoy perdiendo mi tiempo. Ahora sólo falta que alguien me crea…
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Coaching de Equipos en la Empresa Familiar

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¡Mi cuñado se ha hecho coach!

Esta frase, por sí sola, puede sonar terrorífica.

La amenaza de oír al cuñado de turno contándote sus historias de coach en la cena de Navidad descompensa a cualquiera. O, aún peor, queriéndote dar coaching entre el primer plato y los postres y que, encima, eso le cuente como horas para su certificación… ¡Una visión horrible!. Por suerte, en mi caso no es así.

En primer lugar, porque resulta que yo soy ese “cuñado que hace coaching”. Soy asesor de familias empresarias y utilizo el coaching en algunos procesos de transformación, ya sea con miembros de familias empresarias o con primeros ejecutivos de las empresas familiares, nunca con mi familia. Lo intenté una vez con mi mujer y, en cuanto me oyó una preguntita medio rara, me puso la cara de “no me vengas con esas que te conozco mejor que tú mismo…” Mi instinto de supervivencia me recordó que ella es sabia y nicaragüense, o sea que mejor si le quiero decir algo se lo digo clarito y espero a que ella me aterrice…

En segundo lugar, porque mi cuñado es de Badajoz y los extremeños nunca sacrifican una fiesta familiar con nada que no sea pura celebración de la vida. Además, él tiene un don natural para escuchar sin dar consejos y fue seleccionado en su compañía para hacer un programa de coaching interno y eso le permitió ayudar a algunos de sus compañeros en otras áreas y geografías.

Como asesor de familias empresarias me encuentro con muchos coaches o terapeutas trabajando con algún miembro de las familias a las que asesoro. En general son excelentes profesionales que, a nivel individual, ayudan en el proceso de transformación familiar que llevamos en paralelo. Los mejores comprenden muy bien la complejidad que viven en el día a día sus clientes por el mero hecho de pertenecer a una familia empresaria. De igual forma, me he encontrado con colegas de la consultoría de familia que me dicen “yo por la empresa ni aparezco, no me interesa”. En el Foro de la Empresa Familiar nuestra visión es distinta.

Las personas con las que colaboramos no son la suma de sus partes. Son personas integrales con múltiples roles derivados de su pertenencia al mesosistema familiar (Familia – Accionariado – Órganos de Gobierno – Empresas). Por eso, en el Foro de la Empresa Familiar veíamos tan necesario abrir un espacio donde los profesionales de coaching pudieran obtener una formación básica pero rigurosa en Empresa Familiar.

Igualmente, no concebimos la asesoría a las familias empresarias desde la atalaya de una consultoría soberbia que le dice a la familia lo que debe hacer y lo que está bien o mal. Que no se me malinterprete. Creo que el asesor de familia debe diseñar los procesos de cambio y ser claro con sus recomendaciones. Debe exponer claramente los riesgos de algunas decisiones familiares. Debe revelar la legitimidad de ciertas decisiones y de ciertos decisores. Pero para nosotros, la asesoría a las familias empresarias se ejerce desde el respeto a su soberanía y consiste en acompañarlas en su propio y único proceso de cambio y crecimiento. Y para eso, el coaching es una herramienta fundamental porque, por definición, consiste en articular una conversación en la que se ayuda al cliente a cambiar su perspectiva y ver posibilidades que, antes, no podía ver.

El coaching de equipos hace algo aún más interesante para un asesor de familia: le da un entrenamiento en mirar la familia como un sistema. Le ayuda a ver la red invisible de relaciones y reglas y le enseña a ponerla a trabajar a favor de acuerdos sólidos. Y eso es fundamental cuando de lo que se trata es de ayudar a la familia a construir un legado futuro común.

El maridaje entre el coaching de equipos y las mejores prácticas de la empresa familiar incrementa la efectividad de los profesionales que colaboramos con las familias empresarias. Pero también ayuda a los líderes de las familias empresarias. Y ese es su gran poder oculto.

Cuando un líder familiar (ya sea al frente del negocio o presidiendo algún órgano de gobierno) consigue atar los cabos del coaching de equipos con los de la teoría de la empresa familiar, su efectividad se dispara.

Este aprende a “tomar perspectiva” de lo que está pasando, a ver a la familia, o al comité del que sea líder, como un sistema donde su función principal es observar, escuchar, abrir diálogos, crear posibilidades, generar confianza, aterrizar acuerdos, construir sostenibilidad…

Es por todo lo anterior, que el Foro de la Empresa Familiar llevaba tiempo queriendo impulsar un seminario de Coaching de Equipos en la Empresa Familiar y fue cuando conocimos a la Escuela Europea de Coaching cuando estuvimos seguros de con quien queríamos materializar la iniciativa. La mezcla de rigurosidad, simplicidad y cercanía fue lo que nos reunió a ambas instituciones y nos animó a colaborar y así celebramos la primera edición el pasado junio en Ciudad de México. Ahí tuve el privilegio y el placer de co facilitar el seminario con Luís Carchak, uno de los mayores expertos mundiales en coaching de equipos. Y ahí, decidimos celebrar muchas ediciones más…

Nota final: este texto ha sido aprobado por mi cuñado, por mi hermana, por mi esposa y por mi madre que me dice que no escriba barbaridades.

empresa familiar

¡No haga caso!

Yokoi Kenji es un disertador colombo-japonés que tiene varios videos en YouTube con su filosofía laboral que, básicamente, se resumen en que “la disciplina, a la larga, vencerá a la inteligencia”. En uno de ellos cuenta un pequeña historia en la que un empresario desesperado por seleccionar buenos ejecutivos entrevista personalmente a varios. Después de hacer varias entrevistas a gente con historiales impresionantes se decide por un candidato que a pesar de no tener mucha experiencia ni formación contestó la pregunta de ¿usted qué sabe hacer? con un rotundo: “Yo sé hacer caso”. ¡¡Contratado!! Por supuesto, como el bueno de Yokoi es japonés y, además, habla en cristiano… pues todo lo que dice parece cierto y dotado de un áurea oriental que a los latinos y a los mediterráneos nos parece pura sabiduría. Hace 25 años conocí a otro Kenji. Fue en Inglaterra cuando estaba estudiando el poco inglés que ahora perpetro. Alegre, dicharachero y, probablemente, el japonés más perezoso que haya existido. Fuimos grandes amigos. Fue a visitarme a España y se fue creyendo que el whisky con coca cola estaba subvencionado por el Estado porque cuando pedía uno (uno tras otro, quiero decir) sólo me daba una moneda de 100 pesetas y, gracias a la generosidad de mis amigos, recibía una copa que valía 10 veces más. Se fue encantado de España y con un dolor de cabeza que, supongo, le duró años. Lo más importante que me enseñó Kenji, el que conocí hace 25 años, es que los japoneses no siempre tienen razón… Bendito sea por eso. Este otro Kenji (el de YouTube) está generando estragos. Por supuesto que su mensaje de “haga caso” ha sido comprado inmediatamente por los que creen que ser jefe es dar órdenes y la función del resto es… ¡hacer caso! Además, para colmo, cuando estos jefes invocan la gran enseñanza de Yokoi Kenji (y olvidan los más de 20 años de crisis económica japonesa) siempre encuentran un ejemplo de iluminación personalista de algún líder empresarial que yendo en contra de todas las opiniones y análisis de su organización logra imponer su intuición y producir un gran éxito. Nadie se acuerda de los millones de dólares que se pierden o se dejan de ganar siendo obedientes y haciendo caso al que se cree que tiene la razón cuando lo que en realidad tiene es el poder. Que es muy distinto. Las empresas familiares están llenas de ejemplos de líderes carismáticos que lograron construir grandes legados confiando en su intuición y dirigiendo con puño de hierro los destinos de sus organizaciones. ¿Entonces? ¿Hacemos caso o no hacemos caso? ¿Nos convertimos en líderes que imponen su intuición u optamos por dar participación a nuestra gente y delegar? Depende de cuánto quieran que duren sus organizaciones después de que ustedes se vayan… Si les importa un comino. Hagan que todos en su empresa les hagan caso y les obedezcan. Conseguirán empresas obedientes. Si quieren que sus empresas perduren después de ustedes, compartan las decisiones. Así de simple. Cuando decimos a nuestra gente qué hacer y cómo hacerlo estamos dando dos mensajes que, a la larga, tiran el dinero por la ventana: no confío en que sepas hacer tu trabajo y sólo yo sé hacerlo. La gente tiene que equivocarse para aprender. La función del líder es que esto no sea muy a menudo pero, sobretodo, que nadie se quede sin aprender algo valioso después de un error. Y que nadie tome decisiones complejas sin compartir el análisis y decisión con los demás. Eso es trabajo en equipo: compartir las decisiones.
teamwork

Johnny McDonald

A pesar del nombre del personaje del título, aviso, no esperen leer acá sobre ningún gurú de la transformación de la empresa familiar. El señor McDonald ha sido batería del grupo musical nicaragüense Llama Viva durante más de 40 años y esto va de equipos de alto rendimiento. Fue hace como un mes cuando unos amigos me llevaron a ver un concierto tributo a Santana y a Creedence Clearwater Revival. La invitación no dejó de inquietarme. La idea de un grupo de músicos nicas tocando rock & roll me pareció un poco extraña. Tanto, supongo, como le parece a los nicaragüenses la idea de un grupo de españoles tocando rock. En cualquier caso, disciplinadamente, me apunté al evento dado el entusiasmo de mis amigos (y sobretodo de mi esposa…). Y me quedé completamente sorprendido. Lo que vi fue un ejemplo de buen hacer musical pero lo que más me sorprendió fue que, en un momento de la actuación, me pregunté a mi mismo: ¡pero quién es el líder de este grupo! Y no me fue fácil responderme. Primero me pareció que el cantante era el líder. Era uno de los más jóvenes (unos 35 años), ocupaba la posición central del escenario y era el que, como su nombre indica, cantaba más. Sin embargo, en un momento determinado se fue del escenario… O sea, que no era el líder o, por lo menos, no en los momentos en que se iba vaya usted a saber dónde… Luego supuse que el líder era el guitarrista. Un chico jovencísimo con un virtuosismo asombroso con la guitarra eléctrica. Había momentos en que el chaval brillaba y parecía en que en el escenario sólo estaba él. Pero, después de unas cuantas canciones, lo descarté como líder. La idea de que un joven de 20 años liderara a un grupo de  provectos rockeros (jóvenes de más de 50 y de más de 60) que ya llevaban tocando juntos 20 años cuando él nació no me pareció lógica. Además, el chaval, cuando llegaba un momento en que él no tenía que tocar, se lanzaba a su celular. Sospecho que diciéndole a la novia cuánto le quedaba para dejar a sus compañeros y pasar a buscarla. Mis prejuicios de persona con más de medio siglo hizo que mi apuesta volviera a los músicos más mayores. Entonces, me sorprendí a mi mismo absorto con el percusionista detrás de los bongos. A pesar de su parecido con el padre del actual líder norcoreano, lo deseché como líder de la banda. Tal vez por más prejuicios míos… ¿bongos y rock y liderazgo y Corea del Norte? De repente lo tuve claro. Claro!! El bajista. Era la viva imagen de Carlos Santana así que debía ser el líder!! Además, le pillé varias veces dando la entrada y marcando el ritmo para que el joven guitarrista pudiera lucirse sin opacar al resto antes de escribirle a la novia que no, que aún no terminaban de tocar, que le esperara. Y cuando mis pesquisas en búsqueda del líder de la banda parecían haber terminado, mi vista recaló en otro percusionista. Mayor, con un sombrerito más propio de la Salsa que del Rock. Manejaba una especie de batería eléctrica y unos timbales. Cantaba, dio unas palabras de bienvenida, marcaba el ritmo alternándose con el doble de Santana. ¿Sería él el líder? A todo esto, tras varias canciones no había ni rastro de Johnny McDonald. Detrás de una batería enorme se sentaba un joven de veintitantos. Magnífico por cierto. Finalmente llego Johnny. Vestido de blanco de pies a cabeza. Prototipo de granadino. El joven le cedió su puesto al frente de la batería. ¿Otro líder? Mi orgullo profesional de catador de talentos ya no lo soportaba más… No daba ni una. Pero lo más sorprendente fue que tras un par de canciones, el joven baterista se sentó junto a Johnny tocaron juntos la enorme batería. Impresionante. El pianista hizo un solo. Y brilló. El joven guitarra se marcó un solo. Y brilló. El doble de Santana brilló haciendo protagonista a su bajo. El doble de Kim Jong-il brilló con sus bongos. El señor del gorrito brilló. Todo el mundo en la banda brilló. Varias cosas más casi me hacen levantarme e hincarme de rodillas ante la banda: •    Su desempeño conjunto fue excelente. Juntos sonaban de maravilla y mantuvieron a los asistentes de lo más contentos oyéndoles. •    A ellos, a los músicos, se les veía disfrutando como locos, gozando de lo que les unía a pesar de ser tan distintos por edad y por el instrumento que cada uno tocaba. •    Era sorprendente su coordinación. Se notaba que le dedicaban tiempo a los ensayos, a mejorar como grupo. •    Se ayudaban a brillar unos a otros. Colaboraban en vez de competir. Pero hubo una cosa más. Algo mágico y ritual. Todos los presentes asistimos, sin saberlo, a un rito perfecto de sucesión. Johnny McDonald escenificó perfectamente lo que debe ser una sucesión generacional. Cuando estaba tocando la batería, se fue echando para un lado y permitió que el joven baterista que comenzó el concierto, se sentara a su lado. Juntos tocaron varias canciones y en una de ellas, Johnny se fue levantando poco a poco, sin dejar de tocar, disfrutando de compartir el mando con su heredero. Hasta que en un momento mágico, sin que la audiencia casi se percatara, Johnny dejó de tocar mientras todo el protagonismo pasó a su sucesor. Y Johnny no desapareció del escenario, se quedó ahí sin estorbar, como diciendo “yo sigo aquí, pero ya no toco, ahora disfruto…” Todo un ejemplo para los líderes de las familias empresarias y para sus ejecutivos. No vayan a Harvard, Warthon o Babson a aprender cómo se gestiona una sucesión generacional ni como se construye un equipo de alto rendimiento… vayan a la mágica Managua y con un Flor de Caña en la mano disfrútenlo en vivo y en directo.